viernes, 2 de diciembre de 2011

Conciertos Brandemburgo : 4, 5, 6.

Familia Bach
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CONCIERTOS DE BRANDENBURGO

JOHANN SEBASTIAN BACH


El Concierto de Brandenburgo nº 4 en Sol mayor, BWV 1049 es un concierto típicamente alemán de “reunión de gustos”, que combina magistralmente elementos franceses e italianos, con un grupo solista formado por dos flautas dulces y violín. El tierno y desenfadado primer movimiento hace pensar en una escena campestre, con las flautas dulces imitando una pareja de aves cantoras sobre la que destaca la parte del violín, llena de virtuosismo. Contrasta el segundo tiempo, una solemne zarabanda en tono menos a la que sigue un Presto, que se caracteriza también por su seriedad y que constituye una síntesis genial de las formas típicamente barrocas de la fuga y el concierto.

El Concierto de Brandenburgo nº 5 en Re mayor, BWV 1050 es el más notable e importante de la colección. A falta de un futuro descubrimiento que invalide esta afirmación se puede decir que el quinto Concierto de Brandenburgo es el primer concierto para teclado que se conoce, anterior con mucho a los conciertos para órgano de Haendel, aunque ciertamente tienen como antecedentes algunos fragmentos con órgano o clavicémbalo concertante del propio Haendel o de otros compositores, pero que, en cualquier caso, no puede decirse que son verdaderos conciertos.
Aunque la flauta travesera y el violín también comparten el cometido de solistas, la parte reservada al calvicémbalo es comparativamente más importante, con una notable cadenza de sesenta y cinco compases en el primer movimiento. El delicado segundo movimiento, marcado Affettuoso, está confiado únicamente a los tres solistas, mientras calla la orquesta. El tercer movimiento, Allegro, es un animado tiempo de danza, que da a los solistas sobradas ocasiones de lucimiento.

Por el contrario, el Concierto de Brandenburgo nº 6 en Si bemol mayor, BWV 1051 es el más arcaizante del conjunto. Instrumentado para dos violas, dos violas da gamba y bajo continuo, la significativa ausencia de los violines confiere a este concierto una calidad tímbrica particularmente oscura y velada y hace pensar en obras de la época renacentista, cuando la viola era todavía un instrumento más apreciado y difundido que el violín. Es el más camerístico de los seis conciertos de la colección y se cree que Bach lo compuso para su interpretación en la intimidad del círculo privado del príncipe Leopoldo de Anhalt_Köthen, el cual tocaba la viola da gamba y gustaba de hacer música junto con los miembros de su orquesta. Así pues, Bach escribió la parte de la segunda viola da gamba teniendo en cuenta las capacidades del príncipe, ya que no plantea excesivas dificultades, en tanto que la parte de la primera viola da gamba, de exigencias mucho mayores, debió de estar pensada para uno de los más grandes virtuosos de la época, Christian Ferdinand Abel, quien, junto con Bach, formaba parte de la orquesta del príncipe. Dado que Bach sentía especial preferencia por la viola, instrumento que solía tocar en la orquesta del príncipe, es muy probable que se reservara la parte de primera viola, que es la de mayor relieve.
El primer movimiento, sin indicación precisa de tiempo, es de gran complejidad contrapuntística. El segundo movimiento, Adagio ma non tanto, está confiado únicamente a las violas y el bajo continuo, mientras callan las violas da gamba. El tercer movimiento, Allegro, presenta rasgos en común con el último movimiento del tercer concierto de esta colección: se trata igualmente de una giga enérgica y vivaz.

A pesar de todo el arte, toda la inspiración y toda la ciencia musical que Bach derrochó en su composición, se sabe que estos Conciertos de Brandenburgo nunca fueron interpretados en la residencia del margrave, y que su autor jamás percibió el más mínimo honorario por ellos. Sin embargo, hay que pensar que esto se debió no tanto al desinterés de Christian Ludwig, como al hecho de que sobrepasaban con mucho las posibilidades del destinatario: efectivamente, la orquesta del Margrave carecía de efectivos suficientes y, sobre todo, capacitados, para hacer frente a la extremada complejidad y a las altísimas exigencias técnicas de estas obras. A la muerte del Margrave, en 1734, el manuscrito autógrafo de los seis Conciertos de Brandenburgo fue tasado en la cantidad de veinticuatro grossos. Tras diversos avatares, dicho manuscrito fue finalmente adquirido por un antiguo discípulo de Johann Sebastian, el compositor Johann Philipp Kirnberger (1721-1783), quien se lo regaló a su alumna la princesa Amalia de Prusia, hermana de Federico el Grande. En la actualidad el manuscrito se conserva en la Biblioteca Estatal de Berlín.

Fuentes : CD. propio.

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